Autora

Rocío Cartagena Garcés

domingo, 20 de diciembre de 2015

Prólogo de la autora


¿Qué tiene de diferente su libro? Fue lo primero que me preguntó una persona a quien le hice mención de esta obra. – ¿Qué le hace pensar que servirá de algo? – Recalcó de modo algo vehemente. Yo no había alcanzado a responder nada y aseveró nuevamente: - ¡Porque todo el mundo habla y teoriza acerca de cómo hacer las cosas, pero en la práctica nadie hace nada! - Le expliqué entonces que la serie de talleres que complementan este libro, son en esencia una obra totalmente enfocada en guiar un aprendizaje basado en valores, en forma gradual y acorde con la edad, para que padres y maestros, y en general los adultos, puedan enseñar sobre sexualidad con base en la verdad acerca del tema. La invité a leer uno de los talleres para que tuviera un mayor acercamiento a lo que intenté transmitirle, pero bajo la excusa de que tenía poca inclinación a leer, no aceptó la invitación.

A pesar de la actitud y de la falta de voluntad de esa persona, no hay motivos para desanimarse porque son comprensibles las razones de tanta displicencia. La incredulidad y la desidia se apoderó de un gran número de personas en este mundo y se alcanzó un clímax de desconfianza por parte de la mayoría, por la forma tan equivocada en que se les educó, y muy particularmente porque a casi todos les mintieron o les ocultaron una magnifica verdad.

En el hogar, y prácticamente desde el nacimiento, niños y niñas fueron sometidos a procesos diferenciados de educación, otorgando o negando ciertas ventajas en relación directa con su género. Esta discriminadora costumbre, reforzada en la escuela, estimulando conductas machistas, y feministas en tiempos más recientes, propiciando inequidades en ambos casos, sumada a una triste y lamentable mentira, derivó en generaciones de adultos poco aptos para vivir en armonía en los entornos en los que han ido estableciendo sus núcleos de convivencia.

Mujeres en situación de desventaja en diversos ámbitos de su desarrollo personal, hombres dependientes de las destrezas y del protagonismo de las mujeres en aspectos comunes a ambos y con una visión equivocada sobre la función y potencial de su rol, y en general personas de todas las edades con dificultades para canalizar positivamente las emociones e interrelacionarse constructivamente, como consecuencia casi exclusiva de la deficiente o nula educación sexual basada en valores, es un común denominador que esta obra pretende ayudar a superar.

Algunos aspectos que siempre han generado desacuerdos y controversias, tienen que ver con las dudas acerca de cuál será la edad adecuada para comenzar a educar a los hijos en sexualidad, la dosis correcta de información, y la persona idónea para enseñar, pero las mayores discordias se centran en la creencia de que la información puede llevar al inicio temprano de la actividad sexual y al libertinaje, como si no fueran peores las consecuencias del desconocimiento y de la avalancha de información indiscriminada. El problema no es la información, sino la calidad de ésta, y más determinante aún, es la secuencialidad, la oportunidad, la autoridad ético - moral y la credibilidad de quienes la transmiten. Sin embargo, al margen del tipo o nivel de los contenidos, la educación en sexualidad no debe ser mirada como un área más en la que prevalecen los enfoques meramente biológicos, técnicos, científicos, comerciales, etc., sino abordada desde la necesidad de preparar a las personas para que por sí mismas, desde la diferencia y la diversidad tan evidentes entre los humanos, propicien estilos de vida auténticos y adecuados, acordes con sus identidades, individualidades, expectativas y potencialidades.

La mayoría de las encrucijadas y dilemas a las que nos vemos enfrentados los seres humanos en conjunto y en cualquier época, y muy especialmente en lo concerniente a la sexualidad, carecerían de cualquier trasfondo de problemática, si el proceso de crecimiento y desarrollo de los afectados hubiese sido enfocado en un comienzo desde la perspectiva de los valores, razón por la cual esta obra los considera como la base fundamental para educar en sexualidad, en forma gradual, en concordancia con las etapas de desarrollo humano que bien han estudiado y descrito distintos autores y escuelas dedicadas a la comprensión de estas. Muchísimas personas en el mundo han puesto de manifiesto y en forma reiterada, que de nada verdaderamente útil sirve el más refinado conocimiento, si se carece de una base moral que permita enfocarlo en objetivos beneficiosos para la humanidad entera. La educación sexual, más que cualquier otra área de aprendizaje, tiene el deber de partir desde la base de los valores, bien arraigados, y absolutamente entendidos como la esencia de la comprensión entre seres humanos, desde su esencia sexual y hasta todos los ámbitos hacia los que esa energía nos conduce.

Algo que faltaba en este camino al redireccionamiento y mejoramiento, era la existencia de una guía o derrotero común a seguir, tal como lo sugiere la misma naturaleza del desarrollo humano. No había consenso local, ni nacional, ni regional, y menos aún mundial, acerca de pautas y procedimientos a seguir en la tarea de educar en lo sexual, siendo que el desarrollo físico sexual nos hace tan comunes a todos los seres humanos, independiente de la situación geográfica/cultural en la que estemos en este planeta. No existía ni siquiera un mínimo de deseable homogeneidad entre los entes educativos y, como si no fuera suficiente, podría resultar más que cuestionable, incluso alarmante, el nivel de conocimientos, ética, y las actitudes sexuales de quienes en forma poco comprometida ejercían el rol de agentes educativos en forma general y de modo especial en esta asignatura o área. La carencia de material educativo para un período completo de enseñanza básica y media, la frecuente falta de idoneidad para ejercer como educador en sexualidad, y las limitaciones que puedan existir en el ámbito institucional, pretenden ser solucionadas por esta guía básica para padres y maestros, más sus 12 talleres complementarios para estudiantes, uno para cada grado de enseñanza, además del texto guía para capacitar docentes en educación sexual. La guía básica para padres y maestros es esencial para comprender el enfoque de los talleres, y muy particularmente para ayudar a generar conciencia entre los adultos acerca de las necesidades y derechos de los niños, niñas y adolescentes, de tal modo que no se conviertan en los primeros opositores a la distribución de los textos educativos, sobre todo si se toman en cuenta todas las instrucciones de organismos internacionales que avalan y promueven este tipo de iniciativas.

La obra completa queda en sus manos. Como sus contenidos están enfocados en función de estimular, reforzar, y consolidar valores, ésta trasciende por sí misma enfoques científicos, religiosos, políticos, y legislativos, y no excluye a ningún tipo de comunidad. Entonces, queda aspirar a que todo el apoyo y dedicación que puedan brindar a esta causa, logre resultados infinitamente beneficiosos y edificantes para la humanidad, más de lo que en un comienzo haya sido posible imaginar y anhelar.


Acerca de la autora



  • Normalista Superior, Normal Departamental Genoveva Díaz, San Jerónimo, Antioquia, 1968
  • Licenciada en Historia y Filosofía, Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellín, 1980
  • Postgraduada en Orientación y Consejería, Universidad de Antioquia, Medellín, 1992
  • Estudios como terapeuta y negociadora de conflictos en CedaVida
  • Diplomado en Estrategias Metodológicas y en Docencia Universitaria, Universidad Luis Amigó, 2004
  • Servicios en calidad de docente y directivo docentes durante 32 años en el departamento de Antioquia, Colombia

Apuntes de un crítico de la obra


En una mesa, un día cualquiera, en algún lugar del planeta, un grupo de personas están comentando las noticias sobre un niño que mató a otro mientras jugaban, y sobre una niña de cuatro años que fue accidentalmente asesinada en la calle cerca de la media noche. Todos cuestionan la nula presencia del Estado y critican la labor del presidente del país. Ninguno se preguntó: ¿Dónde estaban los papás de esos niños? o ¿Qué hacia una niña en la calle a esas horas de la noche? ¿Por qué atribuir responsabilidades solamente al gobierno de turno? Por alguna razón, un ciudadano inteligente instaló un cartel, en la entrada de una institución escolar, con las siguientes palabras: “Traiga a sus hijos ya educados, porque acá solamente impartimos conocimiento”.

¿Y qué tiene que ver esto con educación sexual?, preguntaría cualquiera que haya leído solamente el título del libro. Hay que decir entonces que el trasfondo de cualquier problemática social es la carencia o ausencia de VALORES, que éstos tienen una profunda relación con la vida sexual de las personas, que se deben inculcar prácticamente desde el nacimiento, y que los primeros y principales protagonistas son los padres. Todo en este mundo está fina e íntimamente ligado a la energía sexual de los seres humanos, energía que debe ser objeto de educación por parte de sujetos preparados y capaces, enseñando mediante EL EJEMPLO que brindan, plenamente conscientes de su rol y de su misión.

Relativo a la sabiduría para educar, un sabio anónimo expresó que: USTED, mientras más le grite a su hijo, más le demuestra su falta de control y su debilidad, logrando que su mensaje carezca de autoridad, más aún, si no dice LA VERDAD. Los niños, con una capacidad intuitiva extraordinaria, cada vez mayor, captan el descontrol y esto los induce a entablar una lucha de poderes que finalmente obstruye e impide un normal proceso educativo.

En relación con los prejuicios alrededor de lo que se considera normal, y lo que no, un cierto sector heterosexual se opone a la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales, hasta que un ciudadano que sí pensó en los niños abandonados (antes que en los prejuicios de “adultos” claramente maleducados) les envió el siguiente mensaje: “Si ustedes no quieren que parejas de homosexuales eduquen a los niños, entonces pídanle primero a las parejas de heterosexuales que dejen de tener los hijos que no desean”.

A pesar de la lógica aplastante de lo anterior, y de imperativa necesidad de cambiar el modo de educar, la presente obra quizá encontrará detractores en el camino, porque es más fácil destruir las cosas que ayudar a componerlas, y mucho más sencillo criticar la labor de terceros sin haber ayudado en algo, anteponiendo equivocadamente los prejuicios a la sabiduría, No obstante este lógico pesimismo, basado en la experiencia del contacto con personas corrientes que olvidaron el verdadero propósito de su existencia, agradezco de corazón haber tenido acceso a este material antes de su publicación, porque es claro que transformará positivamente la vida de muchas personas que, acaso se están gestando en este momento, y que quizá vienen a este mundo con la misión de colaborar en el firme propósito de ayudar a enderezar el rumbo de la humanidad, y merecen de antemano el apoyo de esta obra.

Que si alguien se opone a la difusión de esta obra, o cuestiona la calidad de sus contenidos, sea porque tiene una propuesta mejor y más eficaz. La autora estaría feliz de saber que no está sola en el plan de lograr su propósito.

Una voz de aval para esta propuesta


Estimada autora:

Un momento de la historia en el que todo se encuentra al alcance de las manos de quien se ocupe de buscarlo, exige de los procesos educativos una clara contundencia con relación a los valores que deben forjarse en la preparación para la vida, tanto de infantes como adolescentes, de modo que esos valores se constituyan en la carta de navegación para dirigir el barco sin perder el norte.

La sexualidad es un tema inherente a los seres humanos, que ha ido tomando diferentes matices a lo largo del tiempo. Cada generación trasmite a las venideras, aquellos valores y conocimientos en los que ha sido educada, añadiéndole las modificaciones de la propia experiencia, y tiñéndola de las variables sociales y culturales.

Lo que es cierto es que no hay individuo en el mundo que no haya tenido que toparse con este asunto. Los valores, en gran medida, son garantes de vivir y asumir la sexualidad en un marco menos tedioso y complejo ya que, al ser formados bajo ellos, se cuenta con herramientas como la comunicación, la capacidad de tomar decisiones, el manejo adecuado de las necesidades afectivas y la forma de expresarlas, la autoestima, la responsabilidad y el libre albedrío, entre otras, que hacen de su asunción un proceso sano en todo lo que representa, disminuyendo los riesgos o consecuencias negativas, favoreciendo el logro de metas y forjando el proyecto de vida.

A lo largo del proceso de crecimiento, los niños y niñas se impregnan de diferentes vivencias ocurridas en su crianza con los adultos, de la influencia de los medios de comunicación, y del mundo externo. A partir de allí se van configurando sus primeras actitudes y habilidades respecto del afecto y la sexualidad, incidiendo en mayor medida sobre los comportamientos. Por ello, parte fundamental de la educación debe iniciarse en la familia, apoyada por la institución escolar, sobre la base de una educación sexual orientada en valores, la cual debe contextualizarse de acuerdo a los ciclos evolutivos del niño. No se trata de sólo informar por informar, sino de saber encadenar la información para que logre producir en el niño (a) una verdadera toma de conciencia, razón por la cual la educación sexual definitivamente exige secuencialidad, pertinencia y oportunidad.

Esta obra y la serie “Vida Sexual con Valores”, se orienta precisamente a abordar estos asuntos en el momento preciso, con las herramientas más acordes, realzando un engranaje pertinente entre el sujeto (Quién soy, hacia donde me proyecto, qué deseo, qué espero de mí), la familia como base fundamental de su proceso de aprendizaje y que acompaña y guía procesos, la escuela como reforzadora y formadora de valores, y el contexto social que demanda y propone.

Parafraseando una frase presentada en la sección de los antecedentes de esta obra: “El hoy es una consecuencia del ayer y si en el ayer no construimos las bases para el presente, difícilmente podremos incidir en el estado de las cosas que hoy nos preocupan”, en buena hora se está haciendo este gran aporte a las personas de nuestras comunidades que se encuentran en una constante búsqueda de promover unos sanos estilos de vida y decididas a convivir mejor.

Felicitaciones a la autora, por escribir propuestas tan útiles para la educación sexual, basadas en su aprendizaje, investigación y experiencia en relación con el tema, durante su vida y en su trabajo en el campo educativo. Sus planteamientos van a ser de gran ayuda para la educación, el nivel de vida y el equilibrio emocional de las generaciones venideras.

 
Atentamente,

Sandra Milena Gómez
Psicóloga U. de A.

Alcance de la obra


En primer lugar, y en alusión a las desigualdades sociales reinantes en el mundo entero, hay que reconocer que la faz de la tierra aún alberga seres humanos en comunidades apartadas, casi desconectadas de la “comunidad global más avanzada”, que carecen de acceso a herramientas tecnológicas y a conocimientos necesarios para su desarrollo. Esta obra, aunque por pasajes podría parecer un compendio de información que bien podría obtenerse por otros medios, en la práctica procura proveer la información mínima necesaria para que, por lo menos a través de material educativo impreso, vía privada o gubernamental, se pueda beneficiar a una gran masa de personas, que podrían hacer más felices sus vidas si reciben a tiempo y en forma gradual, el mensaje contenido acá y en los 12 talleres.

El mensaje es siempre el mismo que lleva por nombre la serie de talleres: “Vida Sexual con Valores”. Y es tan sencillo, que no requiere de enfoques parciales en aspectos culturales, ni en problemáticas estrictamente locales, o en necesidades específicas de cada población. La realidad ya está puesta enfrente y precisa de soluciones desde la base, más que de enfoques basados en la investigación científica, de análisis de teorías diversas, o de muestras estadísticas representativas de la mejor “verdad”. La verdad, que normalmente se reconoce justo cuando algo no requiere de análisis, es evidente en la realidad que a diario vivimos, y está en nuestras manos reconocerla y actuar en función de ella. Considérese entonces esta obra, no como un emprendimiento revolucionario que remecerá los cimientos de lo establecido como realidad actual, sino como una obra que contribuirá en el objetivo de evitar que esa realidad sea nefasta y que se perpetúe en círculo vicioso, sin la introducción a tiempo de la variable: “Orientación Sexual desde el Hogar y La Escuela”, porque, ajenos a lo regional y/o cultural, que interpreta los comportamientos humanos según sus tradiciones ancestrales y le reconocen significados diferentes, están los procesos biológicos del desarrollo humano que, sin reconocer las barreras de la tradición y la cultura, cumplirán su cometido, con o sin la luz del conocimiento.

Ante la naturaleza de los contenidos abordados, es importante aclarar que, en un gran porcentaje de la obra, no hay nada que algún ser humano no haya descubierto aún, y todos los mensajes incluidos se intuyen o fluyen en resonancia con la experiencia y la sabiduría popular, por lo que no hay algo que escape al nivel de comprensión requerido, o  que sobrepase el nivel de conocimiento deseable. En aquellos aspectos más complejos, los investigadores pueden ver interpretada una parte de sus teorías y aportes, mas no fielmente expresadas, ya que un buen porcentaje de la información transmitida en esta obra, da cuenta de aquello que se asimiló en aulas de clase, en conferencias, foros, o en documentos de universidades que no siempre fueron objeto de una detallada identificación de fuentes bibliográficas. En síntesis, nada que pueda considerarse una “gran revelación”, ni nada que pueda socavar la propiedad intelectual de otro autor, pero incluye tablas y algunos párrafos que sí fueron debidamente citados.

Tras revisión de contenidos, efectuada por un pequeño grupo de profesores de una institución educativa rural de Colombia[1], por algunos profesionales de medicina y psicología, padres de familia y algunos alumnos y egresados, existió consenso en que los contenidos propuestos son adecuados para el grado de escolaridad y desarrollo biológico y psicológico de los niños, niñas y adolescentes, a pesar de la heterogeneidad en los grupos de clase. Aunque estos se anticipen en algunos casos excepcionales, se acomodan de igual forma a la precocidad de otros alumnos, estimulada muy particularmente por el hacinamiento familiar y por los medios masivos de comunicación. En cuanto a la suficiencia de los contenidos para la hora semanal de clase propuesta, la principal preocupación la constituyeron los bajos niveles de lectura alcanzados, específicamente en básica primaria. La consciencia acerca de las deficiencias en la comprensión de lectura en las primeras etapas de aprendizaje, fue una de las circunstancias que indujo a proponer que los temas, una vez expuestos y explicados por el docente a los padres de familia (1 hora mensual) y a los alumnos (1 hora semanal, en espera de un mejor aval gubernamental), sean complementados por los padres de familia o sustitutos, quienes en última instancia están llamados a transcribir las respuestas de sus hijos hasta tercer grado o hasta cuando los hijos lo requieran. No obstante, también existe consciencia de que esta medida no será la solución para todos los estudiantes porque muchos padres de familia tienen igual o mayores falencias que los hijos - alumnos. En relación con la claridad de los temas para el grado de escolaridad de los alumnos y de los padres de familia que deben apoyarlos, se opinó que son claros, pero que los padres deben comprometerse y prepararse mejor. Esto forma parte de la ardua labor de los profesores y la institución escolar que debe, con su labor, mejorar el rumbo de la comunidad, comprometiendo y preparando mejor a los padres de familia. A ello va dirigida la hora mensual que se propone trabajar con los padres de familia para lograr, aunque sea en forma parcial, este cometido. Se dejó manifiesta también la preocupación porque la explotación sexual infantil, los peligros de la Internet, y la violencia de género, no aparecen tratados abiertamente en ningún taller. En este último aspecto se aclara que esta obra es de carácter preventivo, y no de profundización en temas álgidos que a todos nos preocupan, por lo que se establece el énfasis en valores para básica primaria. En el texto central para padres y docentes, Orientación Sexual desde el Hogar y la Escuela, hay dos capítulos que de alguna manera abordan esos temas: Mensajes a los padres de familia (Capítulo I) y Lecturas para la reflexión (Capítulo V), ya que es la familia, víctima de la problemática social actual, la que mayoritariamente multiplica los conflictos que la afectan, y la que puede contrarrestarlos si la institución escolar y las instancias gubernamentales le tienden la mano para que cambie la desmotivación, el desinterés y el descuido o casi total abandono del compromiso paterno - materno que encontramos en algunas comunidades, por otras alternativas más responsables y humanas a favor de la sociedad presente y futura. En lo concerniente al carácter personal e individual de los talleres, se dejó manifiesto el hecho de que estos no están planeados para ser reutilizados por otros miembros de las familias aún de escasos recursos, y se instó además, por unas propuestas más variadas de ejercicios. Respecto de la dificultad para reutilizar los talleres, padres y maestros sabrán entender la gran diferencia que hay entre trabajar con un saber común y trabajar con una construcción personal, como lo es el proceso de abordar y confrontar la vida sexual. En este sentido, se espera que los gobiernos y fundaciones ayuden económica y logísticamente para que los talleres puedan ser entregados gratuitamente a muchas familias de escasos recursos. Es ideal que cada alumno pueda recopilar y revalorar sus experiencias, crecer con ellas, confrontarlas cuando lo estime necesario y convertirlas en la memoria que le permita comprenderse, entender a otros y orientarlos en este sentido. En cuanto a variar los ejercicios para hacerlos más motivadores, vale decir que este trabajo ha asentado una buena base sobre la que se puede construir y perfeccionar detalles, razón por la cual se espera que surjan ideas nuevas y un contributivo toque personal de iniciativa y creatividad por parte de todos los protagonistas de este proceso, durante la utilización de esta obra. El propósito central es que exista un derrotero básico de temas centrales y de valores que los apoyen para que se accione la tarea de implementar la educación sexual como labor urgente que hay que comenzar, para que sea ineludible, permanente, secuencial y oportuna. Abogamos pues porque se fusione la educación sexual con ética y valores humanos, a efectos de dar un mensaje contundente en este aspecto tan vital de la existencia humana.

Por esta misma razón, este, más que un trabajo consumado, es una invitación para quienes hayan descubierto, o estén en el camino de descubrir que la tarea de educar eficazmente en sexualidad es una prioridad en la que deben enfocarse todos los esfuerzos individuales, grupales, e institucionales, gubernamentales y privados. Para ellos, la invitación es a que aprovechen su conocimiento, en forma de voluntad, para revisar, valorar y apoyar trabajos como este que, solitariamente realizados, esperan convertirse en un aporte útil y provechoso, para ayudar a eliminar de este mundo todas las calamidades producto del mal uso de nuestra maravillosa energía sexual.

Finalmente y en aras de claridad con los términos y expresiones utilizados, es conveniente indicar que aunque la expresión orientación sexual viene empleándose en los últimos tiempos para hacer referencia a la “elección” del rol o papel sexual que se opta por asumir en la vida personal o frente a la pareja, de acuerdo con el sentir propio de cada quien, bien sea como hombre o como mujer, independiente del sexo biológico con el que se nació, este texto para el caso privilegia los términos inclinaciones, preferencias, o tendencias sexuales, toda vez que la palabra orientación ha venido refiriéndose a un proceso o tarea que alguien dirige o lidera a favor de mejores resultados en una persona o grupo, frente a unas metas o ideales propuestos. De allí se derivan las palabras orientador, psicoorientador, orientación vocacional, y es a este significado al que se hace referencia en este texto guía y en la serie que lo complementa: “Vida Sexual con Valores”.



[1] La obra fue elaborada en Colombia, en virtud de lo cual se citará legislación colombiana, pero sus contenidos tienen carácter universal. Para el caso de otros países se sugiere consultar y leer la legislación equivalente.

Colombia: Educación sexual obligatoria, pero no fundamental


Titulares de prensa como: “El Sida le ganó la partida a...”, “Así se mueve el turismo del sexo en...”, “Aborto y homosexualidad temas sensibles”, “Embarazo juvenil tiene altos costos”, “El sexo prepago llegó a los colegios”, “La explotación sexual, drama de nuestros días”, “Buscamos una sociedad donde las personas gay no tengamos que escondernos” y noticias y programas de radio y televisión en torno al aborto, al despertar sexual cada vez más precoz de los jóvenes, y los consecuentes embarazos entre preadolescentes que ello conlleva, han generado alarma en el país y han dejado en evidencia lo siguiente:

·         La gran necesidad de concebir la educación sexual como asignatura o área fundamental. El gobierno ha hecho esfuerzos como la promulgación de la resolución 03353 del 2 de Julio de 1993 y de las cuatro directrices Ministeriales que de ella se derivaron, entre ellas, la directiva del 30 de Octubre del mismo año, que oficializaron la enseñanza de la educación sexual desde la Institución Escolar, estableciéndola como obligatoria en todos los establecimientos educativos del país que ofrecen programas de educación preescolar, básica primaria y secundaria y media vocacional, determinando así mismo que se hiciera por el sistema de proyectos, según artículo 3 y numeral 1, de la resolución y de la directiva ministerial citadas, correspondientemente. No obstante, a esta iniciativa le faltó contundencia en la cobertura, tanto en la difusión de las normas como en la cualificación y cuantificación de los recursos que debían sustentarlas, pero más grave aún, la educación sexual no se concibió como asignatura o área fundamental y por tanto quedó vulnerable a la desidia, al descuido y al abandono institucional. Esto último quedó ratificado casi 20 años después, con la promulgación de la Ley 1620 del 15 de marzo de 2013, mediante la cual tampoco se le otorgó el estatus de asignatura a área fundamental y confirmó, según su artículo 20, que los proyectos pedagógicos deberán ser desarrollados en todos los niveles del establecimiento educativo, formulados y gestionados por los docentes de todas las áreas y grados, construidos colectivamente con otros actores de la comunidad educativa, que sin una asignatura específica, respondan a una situación del contexto y que hagan parte del proyecto educativo institucional o del proyecto educativo comunitario.

·         Las pocas herramientas con las que ha contado el educador para asumir con calidad y en forma pertinente y oportuna, la tarea de orientar la vida sexual de los alumnos, más aún si la ha asumido por azar o producto de otras circunstancias, razón por la cual, la mal llamada orientación, se enfocó en información indiscriminada, sin obedecer a un proyecto como lo estableció la resolución referida, y sin hacer énfasis en valores, lo que en conjunto produjo un efecto contrario de desorientación en la mayoría de los casos, con el agravante de que tampoco se ejerció ningún control.

·         El temor e inseguridad de los padres de familia para responder a las preguntas inocentes de sus hijos y en general para abordar los temas sexuales, delegando esta tarea en compañeros y amigos y, con buena suerte, en la institución escolar.

·         La ausencia de un proyecto de educación sexual que pueda garantizar regularidad y secuencia, según la regularidad y secuencia de los procesos de crecimiento y desarrollo humano, involucrando además a los padres de familia, de tal modo que, como consecuencia, sea un proyecto coherente con las necesidades de los alumnos y las expectativas de los padres, brindando una información adecuada, formadora y reforzadora de valores, que estimule los procesos de reflexión en torno a las inquietudes sexuales del momento, para que los jóvenes de ambos sexos puedan enfrentar satisfactoriamente situaciones futuras y tomen decisiones convenientes y congruentes con el grado de madurez alcanzado.

·         El poco o nulo impacto social de las temáticas y contenidos que se abordan por proyectos, a menos que tengan un significativo peso entre los requisitos para la promoción y graduación, toda vez que la dinámica propia de cada institución, cada vez menos controlada y vigilada, sólo deja tiempo para cumplir con las áreas y asignaturas establecidas como fundamentales.

·         La inexistencia de una bibliografía adecuada que aborde, apoye y dinamice las directrices que planteó el Ministerio de Educación Nacional desde 1993 y que en consecuencia responda a las necesidades de padres y maestros quienes, ahora más que antes, deben aunar esfuerzos si quieren incidir positivamente en pro de una educación sexual comprometida con la salud física, mental y social de los jóvenes del presente, y por ende de la sociedad futura.

El hoy es una consecuencia del ayer y si en el ayer no construimos las bases para el presente, difícilmente podremos incidir en el estado de cosas que hoy nos preocupan. Se trata pues, de iniciar el proceso para orientar la vida sexual y esperar que lo hagamos tan eficazmente, que veamos sus frutos lo antes posible y podamos evitar parte de las consecuencias que a corto y mediano plazo nos esperan, si continuamos con tanto estado de indiferencia, sobre todo en cuanto a la acción práctica se refiere.

Las instituciones educativas en particular y otras entidades comprometidas con la educación sexual del país, están llenas de buenas intenciones y de muchos proyectos escritos que se han quedado en el papel porque, las jornadas dobles o triples y la dinámica propia de cada institución, frecuentemente afectada desde afuera por razones de diversa índole, sólo permiten asignarle tiempo a lo fundamental y lamentablemente los proyectos, como el de educación sexual, que no obedecen a lo legislado como fundamental, quedan condenados al olvido y con buena suerte, al azar.

A estas mismas circunstancias puede quedar sometido el esfuerzo que el Ministerio de Educación Nacional de Colombia viene haciendo para unificar los criterios del subprograma en salud sexual y reproductiva del fondo de población de las Naciones Unidas UNFPA que se apoya en los postulados de la cumbre internacional sobre población y desarrollo efectuado en El Cairo - Egipto y el Proyecto para la sexualidad y construcción de ciudadanía: Hacia una política pública, iniciado como prueba piloto en 2006 y que entre 2008 y 2010 lleva a cabo su etapa de expansión, pero de cuyo proceso poco se oye decir, mientras crecen las alarmas por el aumento de tasas de embarazos entre adolescentes, el acoso y el abuso a menores de edad, y el avance de las enfermedades de transmisión sexual, entre otros, temas que son motivo de noticia nacional e internacional en los tiempos actuales y que reflejan la urgente necesidad de tomar medidas más eficaces en este sentido.

Un breve reflejo de la situación en mención, la resume el titular: “Crecen embarazos en adolescentes en Latinoamérica”, página 61 del diario El Espectador, en su edición del 27 de mayo de 2012, en los siguientes extractos de su contenido:

14,3% es el aporte de las adolescentes a la fecundidad total de América Latina y el Caribe, según la CEPAL.

Casi una cuarta parte de las jóvenes de 15 a 24 años en América Latina, ya fueron madres antes de los 20 años, según una reciente publicación de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) y la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ), en la que se alerta que el problema va en aumento.

Los países de Centroamérica presentan las cifras más altas. Sólo los países africanos superan a Latinoamérica en la dimensión de esta problemática. En la cabeza de la lista de las naciones más afectadas está Nicaragua, donde el 27% de las adolescentes entre los 15 y 19 años han pasado por la maternidad. En Colombia esta cifra es del 19,5% (Según la encuesta de prevalencia, demografía y salud, publicada en 2010)

La CEPAL hizo además un diagnóstico de las falencias en cada país: Venezuela se raja en educación sexual, en Nicaragua la mayor preocupación es la violencia sexual contra las jóvenes y, en Colombia, la mortalidad de mujeres gestantes menores de 15 años.

En los barrios de estrato socioeconómico más bajo, los índices de embarazo alcanza el 29,5%.

Cindy estudiaba en el barrio Castilla cuando quedó en embarazo. Tenía 15 años. En el colegio y en la cuadra, había aprendido algo acerca de la planificación, pero nunca se preocupó. Su desespero fue tal que llegó a considerar “métodos caseros” de aborto con hierbas y brebajes. Desde que se graduó “por ventanilla”, se ha dedicado a trabajar, mientras su hijo de 3 años permanece en un hogar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF o con su madre y su abuela, con quieres reside. “A mí me gustaría farrear - sonríe con nostalgia - Yo fui la primera de las cuatro (se refiere a un grupo de primas) que resultó en embarazo; a los seis meses quedó la otra; a los dos años, otra. Solamente falta una del parche”

Jenny sólo sale para validar el bachillerato, el resto lo pasa cuidando a su hijo porque así lo quiere su novio, el mismo que le dijo que usar anticonceptivos es de “vagabundas”

… ¿Adultos responsables? Son la 11:50 a.m., En 15 minutos, Isabel Mira, jefa del área de tecnología de la Institución Educativa Juvenil Nuevo Futuro, dará inicio a su primera clase de educación sexual. Está confundida: ¿Cómo abordará el tema? Norman Salazar, profesor de ese plantel, dice que la educación sexual no es asignatura de un área específica y “todos los profesores les sacan el cuerpo”, así como los padres les delegan esa tarea a los docentes (que suelen ser los primeros en saber de los embarazos). Salazar no sólo critica severamente el papel de los medios masivos frente a la sexualidad, sino que reconoce la falta de capacitación de los educadores…

Latinoamérica: Edudación sexual integral, asignatura pendiente


El tema de la educación sexual genera polémica y difícilmente dejará de hacerlo. Basta con leer revistas y diarios de las distintas ciudades de esta región del mundo, para notar el estado de controversia en torno a las políticas que gobiernos de los distintos países han ido implementando en respuesta a las propuestas y acuerdos internacionales que, en sus comienzos estaban dirigidos al control de la natalidad, la paternidad y maternidad responsables, equidad de género, etc., pero que en los tiempos más recientes están más enfocados en la preocupación por el incremento alarmante de las Infecciones de Transmisión Sexual - ITS.

Es tan vertiginosa toda la transformación de las recientes realidades y tan intimidantes los desafíos presentes frente a las evidencias, que en educación sexual hemos tenido que pasar de enseñar cómo nacen los niños, a explicar qué hacer para evitar que nazcan. La mayor cantidad de hijos no deseados proviene de personas con menor nivel de conocimientos y con mayores carencias económicas. Absurdo, pero cierto. Ni siquiera son necesarias estadísticas específicas, porque la elocuencia de los hechos releva las cifras. Alguien podría decir que ante las pocas expectativas de llevar una vida digna, el abuso de la vida sexual es tan solo una forma de escape como otras tantas, pero el panorama no es tan simple como la sola irresponsabilidad y/o falta de conocimiento, porque la sexualidad lleva implícito el “instinto de supervivencia”, lo que la convierte también en fuente de sustento económico, en foco de abusos de inescrupulosos, e incluso en instrumento de poder. Por algo sabiamente se ha dicho que educar es peligroso, pues quedarían pocos a quienes manipular y someter. En esencia, la gama de matices en torno al mal uso de la energía sexual es amplia, por lo que las consecuencias que afronta la humanidad entera no son un problema exclusivo de los países del tercer mundo y los antecedentes que se aportan en este numeral, en relación con el contexto latinoamericano, vendrían siendo extrapolables al mundo entero, tan solo con algunas variaciones de las problemáticas locales.

Buenos Aires, 25 de Septiembre de 2014 (IPS)[1] - En la mayoría de los países latinoamericanos la educación sexual ha entrado en las escuelas, pero con un enfoque casi siempre restringido a la prevención de enfermedades transmisibles, que no ha modificado sustancialmente el comportamiento de los adolescentes, sobre todo entre las capas más pobres.

El compromiso de una Educación Sexual Integral (ESI) fue adquirido durante la Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en septiembre de 1994.

Allí se incorporó un enfoque de derechos humanos y género, para que mujeres y varones puedan disfrutar a plenitud su salud y derechos sexuales y reproductivos, incluyendo aspectos emocionales, psicológicos y afectivos, y la capacidad de aceptar el derecho al placer.

“Si bien se han dado algunos avances en inclusión de la educación sexual y reproductiva en los currículos en Latinoamérica y el Caribe, hemos constatado que no todos los países y sus diferentes jurisdicciones han logrado incorporar esos conceptos plenamente en las actividades áulicas”, dijo a IPS la coordinadora del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), la paraguaya Elba Núñez.

En el estudio “Sistematización sobre educación de la sexualidad en América Latina”, publicado en 2010 por CLADEM, se destaca que Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay son los países que más se acercan al concepto educativo de sexualidad integral. Son, además, los que legislaron al respecto.

Otros, como Costa Rica, Chile, El Salvador, Guatemala y Perú, mantienen enfoques de “abstinencia” y de métodos anticonceptivos, y enfatizan los aspectos espirituales de la sexualidad, la importancia de la familia y la necesidad de retardar el inicio de la actividad sexual.

Pero en todos, subsisten problemas “en el goce y ejercicio de este derecho”, especialmente en las minorías étnicas y rurales, remarcó Núñez, coincidió con otras especialistas que analizaron para IPS la situación regional de la ESI.

También hay dificultades para aplicar los programas en sus regiones, como en Argentina, Brasil y México.

En Argentina, se aprobó en el 2006 una Ley Nacional de Educación Sexual Integral, que creó un Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Un logro “importante” para Ana Lía Kornblit, del Instituto de Investigaciones Gino Germani, porque permite “ejercer un derecho que no existía previamente”. Pero en algunas provincias no se utilizan los materiales didácticos, que son de alta calidad, aduciendo que no están de acuerdo con algunos de sus contenidos y que pretenden diseñar materiales acordes a los valores culturales y religiosos locales”, dijo.

Según CLADEM, la influencia religiosa conservadora también es un obstáculo, sobre el “enfoque de género y derechos, y su vinculación con la sexualidad”, aun cuando muchas constituciones latinoamericanas reconocen la libertad de culto.

“Los chicos y chicas pueden ver de todo en la televisión o están expuestos a Internet, mientras en la escuela no se habla de eso por temor a incitarlos a tener relaciones sexuales”, sintetizó la realidad dominante, Mabel Bianco, presidenta de la argentina Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM). “pero en los medios todo está erotizado y desde allí se los incita y, lo peor, no tienen herramientas para resistir la presión de los pares y de la sociedad para iniciarse sexualmente”, analizó. La ESI “les permitiría decir no, a relaciones sexuales que no quieren tener”, agregó.

Lourdes Ramírez, de 18 años, acaba de terminar la secundaria en una escuela pública en Mendiolaza, en la central provincia argentina de Córdoba y contó a IPS que en su escuela muchos padres de los primeros años del secundario “arman lío”, cuando se dan clases de ese tipo “porque dicen que sus hijos son chicos y que esa clases los harán tener relaciones desde antes”.

“Es absurdo que en la televisión uno ve de todo, programas de chicas con tangas minúsculas y que después en la escuela no se pueda enseñar a cómo usar un preservativo o a que tengan una relación cuando quieran”. En su centro, los libros didácticos del Ministerio de Educación llegaban “pero quedaban en la biblioteca a disposición” del que quiera consultarlos.

La argentina Cristina Zurutuza, de CLADEM, consideró que el problema de fondo es que en la región no se modificaron “los patrones socioculturales sexistas y estereotipados culturales”, aunque algunos gobiernos como el de su país impulsaron “iniciativas para quitar contenidos sexistas, racistas y xenofóbicos de los libros de texto”.

En la mayoría de la región prevalece, adujo la dominicana Zobeyda Cepeda, otra integrante de CLADEM, un abordaje “biologicista o religioso, enfocando la sexualidad sólo dentro del matrimonio”.

Falencias que se traducen en la segunda tasa regional más alta de embarazos en adolescentes (38 por ciento de las mujeres se embarazan antes de cumplir 20 años), incidiendo, además, en una elevada deserción escolar.

Carmen Dueñas, profesora de biología de educación secundaria en Berazategui una localidad a 23 kilómetros al sudeste de Buenos Aires, relató que sorprende que aun explicando a los alumnos cuales son los métodos anticonceptivos disponibles, “muchas quieran embarazarse igual”.

“Piensan que al embarazarse cambiará su situación afectiva. Que tendrán alguien a quien aferrarse, que de esa forma van a tener un papel protagónico en su vida, al tener una familia propia”, analizó la docente, que integra un proyecto municipal-nacional de ESI.

“Hay un porcentaje significativo de conflictos y violencia en familias, donde los adolescentes no se sienten contenidos, ya que dentro del ámbito familiar hay separaciones en repetición, violencia familiar, abuso, alcohol y drogas”, explicó Marité Gowland, especialista en educación preescolar de Florencio Varela, a 38 kilómetros de la capital argentina.

“Todo esto lleva a que los adolescentes repitan el modelo y allí es donde se les dificulta llevar a la práctica lo aprendido en la escuela”, afirmó. “En muchas escuelas hay espacios de contención donde los chicos pueden hablar de sus problemas, pero la escuela sola no los puede resolver”, lamentó.

Todavía se “perpetúan modelos y roles estereotipados como ser mujer igual a ser madre”, añadió Bianco.

El proyecto de Berazategui busca romper ese molde. Mediante una película abordan el caso de una chica que, abusada por su padrastro, queda embarazada, pero que al hablar con su maestra, consigue “salir adelante” y seguir estudiando.

“Elegimos esto porque a veces tenemos pistas de que hay casos así”, señaló Dueñas.

El uso de condones se enseña a través de juegos.

La enseñanza “transversal”, a través de varias materias, enfoca la violencia de género.

“Lo vemos en adolescentes golpeadas porque sus novios estaban celosos”, ilustró.

Las clases incluyen la diversidad sexual para “mostrarles que son libres de elegir”.

Las preguntas anónimas son colocadas en un buzón.

“Hay chicas que comentan que aunque no tuvieron su primera menstruación, como tienen novios mayores, tienen relaciones sexuales. Después se da una respuesta en grupo”, ejemplificó Dueñas.

El foro virtual “De esto sí se habla”, de FEIM, con la “Red Nacional de jóvenes y adolescentes para la salud sexual y reproductiva”, resume esa necesidad de compartir.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición especial de TerraViva: “ICPD@20: Seguimiento y Potencial para después de 2015”, publicado con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). El contenido es autoría independiente de los periodistas de IPS

Editado por Estrella Gutiérrez

Argentina

En Argentina, la educación sexual es obligatoria desde los 5 años en todos los colegios (privados, públicos, laicos y religiosos), y según el diario El Clarín de ese país, en su edición del 5 de octubre del 2006, empezaría a ser implementada desde el año 2007 y el Ministerio de Educación debería establecer los contenidos para enseñarla en clase.

En forma inmediata, el Servicio a la Vida (SEVI) del movimiento argentino Fundar advirtió que la Ley de educación sexual argentina tiene visión sesgada del hombre, sexualidad y familia. El SEVI advirtió que el proyecto aprobado "merece múltiples objeciones". La primera, indica, "es la inadecuada protección del derecho de los padres a intervenir en lo relativo a la educación de sus hijos". Y recuerda que "no es posible educar sin una correcta perspectiva antropológica que incluya al matrimonio, la paternidad y maternidad, el amor, la castidad, el respeto, la fidelidad" y otros "valores espirituales y morales que expresan la realidad del verdadero amor humano".

En marzo de 2008, a casi un año y medio de sancionada la ley nacional, su puesta en marcha estaba trabada. Por un lado el Ministerio de Educación aún no terminaba de definir los lineamientos y por otro, la batalla de la Iglesia y de algunas provincias, por imponer la visión más conservadora. Los puntos de la discordia: la inclusión de la perspectiva de género y la autonomía del Estado y de las escuelas frente a los padres para dar educación sexual a los alumnos, bajo el argumento de que cuestiona el papel natural de la familia en la educación sexual de sus hijos.

De acuerdo con la Ley 26.150, el Ministerio de Educación tiene cuatro años para que se implemente el Programa Nacional de Educación Sexual en forma “gradual” e integral en todo el país. Sin embargo, en 180 días a partir de la sanción - que fue en octubre de 2006 - tenía que tener definido ya un plan que permita su cumplimiento dentro de esos plazos. Sin los lineamientos básicos curriculares, puntapié inicial para que las provincias los incorporen a sus diseños curriculares, se elaboren materiales de apoyo en las aulas y se impulsen programas de capacitación de docentes, los plazos de la ley corren riesgo.

Según Córdoba Noticias (Septiembre de 2009), en alusión a la experiencia en el ámbito escolar, y en referencia a la implementación de Ley 26.150, Silvia Marchetti, Secretaria Gremial Suplente del Nivel Inicial y Primario de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) y Directora de la escuela UNESCO, expresó que “la enseñanza de la educación sexual se aborda, en general, vinculada a la reproducción en espacios como la clase de biología cuando, en realidad, el tema es mucho más amplio e implica, por ejemplo, hablar de género así como del respeto y cuidado mutuo”. Más tarde, señaló que existe resistencia a trabajar en los primeros grados tanto por parte de los docentes como de los padres.

Chile

Según información de la revista el estetoscopio (No. 4, año 5, 2006) de la Sociedad Chilena de pediatría, SOCHIPE, en publicación en su sitio Web www.sochipe.cl, la base institucional para el desarrollo de la Educación Sexual en Chile está definida por el Ministerio de Educación en el documento "Política de Educación en Sexualidad" (1993), para el mejoramiento de la calidad de la educación. Este documento responde sólo el porqué de la Educación Sexual y ofrece un amplio marco de referencia. También se centra en la capacitación de profesores y la introducción de la Educación Sexual en las escuelas de Pedagogía, pero no detalla el cómo se aplicarán estas estrategias en los alumnos. Como en varios temas relacionados a la educación sexual los planteamientos sugieren más preguntas que respuestas.

En el portal de la universidad de Valparaíso (www.uv.cl), en artículo publicado el 20 de agosto de 2009, se destacó: “Chile necesita de una verdadera educación sexual y afectiva”, afirmó en la UV experto investigador en métodos anticonceptivos, Horacio Croxatto. El especialista fue nombrado Profesor Honorario de la Facultad de Medicina. El especialista dijo que Chile es un país que posee una sociedad sexofóbica, porque existe el miedo a hablar del tema, además de no tener una educación real ni comprender el sentido de la enseñanza de la sexualidad. “En este país todos los ministros de Educación han invitado a expertos para introducir programas de educación sexual en los colegios, pero cuando nos encontramos con una iglesia que tiene poder político y que influye en lo que se debe educar, los programas no se aplican”, manifestó.

El Plan de Educación en Sexualidad y Afectividad, en tres fases que van desde el año 2005 al 2010, plan del cual uno los ejes es la Política de Educación en Sexualidad del año 1993, contiene cinco líneas de acción con el objetivo de asegurar el desarrollo de sus aspectos clave (información y difusión, ofertas de apoyo en educación en sexualidad, formación de profesores y fortalecimiento de la labor docente, gestión, y evaluación). Queda esperar los resultados, pero a diferencia de Argentina, la educación sexual no es obligatoria.

México:


El Senado de la República aprobó en marzo de 2006 reformas a la Ley General de Educación, para que la educación sexual sea obligatoria desde el primer año en el Jardín de Niños. Sin embargo, mientras estas reformas no se publiquen en el Diario Oficial de la Federación, no se puede iniciar la planeación para que se ajusten las actividades en el calendario de los niños de preescolar.

En agosto de 2008, el gobierno del Distrito Federal publicó el libro de educación sexual “Tu futuro en libertad”, dirigido a jóvenes de educación media superior, con un enfoque en educación integral en sexualidad. El texto generó tal polémica, que finalmente no se autorizó su distribución en las escuelas, por falta de validez oficial, en virtud del artículo 12 de la Ley General de Educación que reserva a la Secretaría de Educación Pública - SEP, la definición de planes y programas de estudio. El gobierno capitalino optó por repartirlo directamente a los jóvenes. Fuentes oficiales indican que se distribuyeron 500 mil y otros 800 mil fueron descargados de Internet. Aún con la controversia pública, la SEP ha mantenido la educación sexual en la escuela básica y, aunque no se cuenta con evaluaciones de alcance nacional sobre sus beneficios e impacto, hay datos que dan cuenta de su enorme importancia.

Uruguay

“La resistencia está en sectores conservadores, no sólo en la Iglesia Católica” expresa el encabezado del titular de prensa: “La educación sexual en América Latina: de eso no se habla” (Diario la República, Uruguay, 2006)[i] Según esta publicación:

·         Múltiples disposiciones están vigentes en América Latina y el Caribe sobre la educación sexual en las escuelas primarias y secundarias, e incluso en la enseñanza inicial, pero en la mayoría de los países son medidas inconsecuentes o aplicadas a cuentagotas.

·         Un estudio divulgado en 2003 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en 21 países de América Latina y El Caribe, indicaba que sólo en Brasil, Colombia, Cuba y México había una “implementación” generalizada de la educación sexual en el sistema educativo.

·         En Brasil la educación sexual es obligatoria en la escuela primaria y secundaria, según una disposición del Ministerio de Educación que estableció a mediados de los años 90 los llamados Parámetros Curriculares Nacionales, pero aún hay muchas escuelas sin maestros capacitados y sin condiciones mínimas para incorporar la educación sexual.

·         En Chile, en aras de la “libertad de enseñanza” y para no crearse problemas con la iglesia católica, los gobiernos de la centroizquierdista Concertación, optaron por las campañas informativas sobre sexualidad, pero sin definir un plan nacional concreto de educación. En ese país las autoridades actúan con agilidad para dictar normas contra la discriminación de adolescentes embarazadas, así como intervenir a favor de alumnos homosexuales. Sin embargo, cada colegio define por su cuenta qué hacer frente a la educación sexual.

·         Cuba vive una situación particular en la región, pues allí la educación sexual se dicta obligatoriamente en todos los ámbitos educativos, desde el preescolar hasta la universidad. La amplitud y alcance de las disposiciones, que se aplican desde los años 70, han merecido múltiples elogios del UNFPA. “la educación sexual se incluye en el currículo escolar y se complementa con actividades extracurriculares y de educación familiar. Como resultados de su aplicación, se ha constatado la disminución de la deserción escolar por motivos de embarazos y matrimonios”, aseguró Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. Por el mismo motivo, se redujo el inicio de las relaciones sexuales a la vez que aumentó la cantidad de adolescentes que aseguran usar métodos anticonceptivos, especialmente el condón, adecuado para prevenir el sida, sostuvo la funcionaria.

España

Si por Latinoamérica llueve, en España no escampa. En publicación Internet de lanacion.es, una de las secciones Web del diario La Gaceta de España, figuraba el siguiente titular en enero de 2010: Más de 140 asociaciones rechazan una educación sexual "impuesta".[ii] En contenidos interiores, se expresaba que: Han suscrito un manifiesto, en el que rechazan "la nueva imposición del Gobierno" a través de la reforma de la Ley del Aborto, que regula la "incorporación de la formación en salud sexual y reproductiva al sistema educativo".

Esta situación en particular, permite tener una idea de lo ciertamente difícil que es lograr un consenso en cualquier latitud de este planeta y de la magnitud de un desafío que, lejos de ser simple y abordable, tiene múltiples aristas y muchas complejidades. Por lo mismo, hay que seguir haciendo esfuerzos dirigidos a superar todos los asuntos pendientes, pero, sin lugar a dudas, los mayores progresos provendrán desde la perspectiva de los valores, desde la esencia profunda de naturaleza humana, desprovista de superficialidades, de fanatismos y sin manipulaciones de la verdad.

Antecedentes recientes de reuniones entre países de la región

En la primera reunión de ministros de Educación y Salud, 29 países Latinoamericanos y del Caribe firmaron en México un compromiso para promover en cada país la educación sexual desde la infancia, como herramienta clave contra el sida, en forma previa a la XVII Conferencia Internacional sobre SIDA en agosto de 2008, realizada en la ciudad de México. Entre las metas, en siete años cada país tendrá que haber reducido en un 75% las brechas en el número de escuelas que actualmente no han institucionalizado programas de ese tipo y en un 50% la brecha en adolescentes y jóvenes que hoy carecen de cobertura de servicios de salud “para atender apropiadamente sus necesidades de salud sexual y reproductiva”

En la reunión de la Comunidad Regional de Práctica sobre Educación en Sexualidad de América Latina, de agosto de 2013 en Lima, Perú, el objetivo era potenciar el intercambio técnico sobre la implementación de la educación en sexualidad y el fortalecimiento de programas de educación sexual, salud sexual y reproductiva en las escuelas. Participaron Uruguay, Paraguay, Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, El Salvador, Cuba, México, Brasil, Bolivia, y Perú, para dar seguimiento a los acuerdos de la Declaración ministerial "Prevenir con Educación" del 2008 y organizar estrategias de cooperación. Actualmente, participan de la Comunidad de Práctica en Educación en Sexualidad representantes técnicos de ministerios de Salud y Educación de estos doce países, así como representantes de agencias internacionales de cooperación para el desarrollo y del Sistema de las Naciones Unidas.

Legislaciones en la región sobre educación sexual o relacionada

·         Ley 26150/2006: Programa Nacional de Educación Sexual Integral (Argentina)

·         Ley 1098/2006: Código de la Infancia y la Adolescencia (Colombia)

·         Ley 100/2003: Código de la Niñez y la Adolescencia (Ecuador)

·         Ley 7739/1998: Código de la Niñez y la Adolescencia (Costa Rica)

·         Ley 5266/1998: Ley Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente (Venezuela)

·         Lei 8069/1990: Estatuto da criança e do Adolescente (Brasil)




[1] IPS: Inter Press Service, Agencia de noticias.




[i] Edición para Internet del diario La República de Uruguay, lunes 22 de mayo de 2006, Montevideo, Año 11, No. 2197,publicación consultada el 30 de enero de 2010, http://www.larepublica.com.uy/comunidad/211524-educacion-sexual-en-america-latina-de-eso-no-se-habla